
Nada de abandonar, nada de dejar atrás aquellos recuerdos que nos mantienen viva la mente, nada de dejar pasar el tiempo como si nunca nos hubiera pasado nada en el presente.
Beber cada día del aire que respiramos , poder sentir a cada momento las personas que conocemos, demostrar a cada instante que somos lo que somos porque alguien cree en nosotros, porque ahogarse en el vacío no sirve de nada, porque si no estuvieran ahí no sería lo mismo, porque si ellos no creen, quien lo hará.
En la oscuridad aparecemos como gatos que buscan en los tejados algo que les ayude a saber que pueden seguir con su vida, con lo que hacen, con su forma de gritar cuando necesiten algo o estén lejos de los que quieren, algo que sepan que estará ahí para siempre, algo que les ayude a crecer con la gente.
Y si somos gatos, nos pican las pulgas cada vez que nos hacen daño, nos cansamos, sea de la gente, de las situaciones o del propio ambiente. Cuando nos ayuden que sea de verdad, que sea real, que no se convierta en un sueño con el que nos gustaría soñar cada vez que necesitemos algo.
Un compañero de alma, más conocido como un AMIGO, siempre te encontrará en el tejado, siempre te irá a buscar para que le cuentes las cosas, las pequeñas historias que pasan en tu corta pero intensa vida. Para pasear juntos o ir a contemplar las estrellas desde otro tejado.
Para saber si un amigo, es realmente lo que crees, basta con cerrar los ojos y pensar muy fuerte en el, poder sentir que también se acuerda de ti, que te tiene ahí presente para todo, que sería capaz de todo por alguien como tú. Que pase lo que pase, te querrá eternamente.
Y sólo me queda decir; que para desafiar a los malos pensamientos, piensa en algo bueno, si no lo haces tú, lo estará haciendo ese amigo para que te encuentres mejor.
Y si alguna vez sientes algo clavado en tu interior, un espinita clavada, no temas, que las espinas de la amistad son las buenas, son las que te indican, que dentro de ti ya hay una gran parte que pertenece a tu compañero de alma.
A ese amigo que por difícil que haya sido encontrarlo, muchísimo más difícil será el olvidarlo.
Sara Ibarzo.