A veces cuando conoces a una persona, tienes que ser como eres tú, y no nos damos cuenta de que cada persona es un mundo totalemente diferente, no sabes si te llevarás bien, mal, si harás una amistad eterna, o simplemente serán sentimientos superficiales que quedarán en un simple saludo. Cuando sientes que al hablar con esa persona, al pasar momentos divertidos con ella, se te enciende una luz dentro tuyo, una luz que no para de brillar por mucho que pasen los días y por muchas cosas que pasen entre ambos, cuando esa luz brilla así de fuerte y constante, que difícil es que se apage. Y cierras los ojos y sientes que tu "compañero de alma" tiene esa misma luz encendida. Que bonito es sentir esa sensación.
Sara Ibarzo
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